La Pascua de Resurrección
¿Nunca se ha preguntado cómo es que la celebración de la muerte y resurrección de Jesucristo cae siempre los mismos días de la semana? Es obvio que nuestros cumpleaños los celebramos en la misma fecha pero cada año en días diferentes de la semana. El 1 de enero de 2015 fue jueves, el 1 de enero de 2014 fue miércoles y el del 2016 será viernes. ¿Cómo es que el viernes santo siempre es, pues, viernes?
La respuesta simple es: Tradición. De acuerdo a la cronología más ampliamente aceptada, pero no la única posible, Jesús participó de la pascua judía el 14 de Nisán, fue crucificado un viernes y resucitó el domingo, según el calendario judío. Nisán es el nombre del mes lunar judío que corresponde más o menos con marzo-abril. También se le denomina mes de Abib. Éxodo 13:4.
Los cristianos del siglo II desarrollaron dos tradiciones distintas sobre la forma de celebrar la pasión, muerte y resurrección del Señor. Pero además, distinguieron otra pascua: la pascua de la resurrección. La pascua de la resurrección es una creación cristiana por lo que se le llama “pascua cristiana” y en inglés se conoce como “easter”.
Los creyentes que residían en Asia Menor (hoy Turquía) celebraban el acontecimiento basado en el día del mes, es decir el 14 de Nisán sin importar qué día de la semana caía. Para determinar la fecha simplemente se dejaban guiar por la pascua judía. Por eso recibieron el nombre de cuartodecimanos.
Pero el resto del cristianismo antiguo, incluyendo las iglesias en Roma y Alejandría, celebraba esos días de otra manera. En vez de celebrar por el día del mes los celebraban por el día de la semana, de forma que la pascua cristiana siempre era el domingo más cercano a la pascua judía. Para este arreglo eventualmente optaron por una forma de calcular la fecha de celebración con independencia de la fecha de la pascua judía. Esta era la tradición prevaleciente en la parte occidental del mundo romano.
Estas diferencias llegaron a crear una polémica a finales del siglo II entre Víctor, el obispo de Roma, y las iglesias del Asia Menor conocida como la “controversia pascual”. Pero de una carta de Ireneo de Lyon citada por Eusebio de Cesárea en su Historia Eclesiástica sabemos que antes de esa controversia cada región toleraba tranquilamente las diferencias de la otra en la celebración. HE V 24:14-17 (puede leerla en inglés aquí ). No obstante, en el Concilio de Nicea del 325 se estableció como norma general la costumbre occidental, según la cual lo determinante es el día de la semana. Vea aquí y la carta sinodal aquí .
De todas maneras, la pascua judía sigue siendo una celebración importante para los cristianos. Nos recuerda que nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Por eso debemos, como en preparación para el seder judío, limpiarnos de jametz. 1 Corintios 5:7. Por otra parte, nosotros, como herederos de la tradición occidental sobre la celebración de la pascua de resurrección, la celebramos en domingo. De esta forma el jueves en la noche se conmemora la última cena, el viernes la pasión y muerte de Jesús y el domingo su gloriosa resurrección.
Por lo dicho, podemos decir que la pascua judía es parte de nuestra historia y la pascua de resurrección, un recordatorio de nuestra esperanza.
FG