Rahab: ramera o mesonera
Hay quienes sostienen que Rahab, la mujer de Jericó que ayudó a los espías de Israel, no era realmente una prostituta como leemos en nuestras biblias, sino una mesonera u hostelera. Según estas personas todo se debe a un error de traducción. La palabra hebrea zanah que nuestras biblias traducen como “ramera” o “prostituta” realmente describe la ocupación de alguien dedicado al negocio de hospedaje y alimentos. Por lo tanto, la traducción correcta es mesonera, no prostituta. Pero como muchos todavía defienden la traducción tradicional, Robin Ngo editora de Biblical Archaeology Review ha escrito que “el estilo de vida de Rahab en la Biblia nos sigue eludiendo”.
Pero veamos brevemente si el asunto es tan incierto como afirma Ngo. Los argumentos a favor de que Rahab era una mesonera pueden sintetizarse así: En primer lugar, Rahab vivía en la muralla de Jericó, los espías se hospedaron en su casa y ella demuestra tener conocimiento de la política de la región y se sugiere que gozaba de cierto respeto ante el gobierno. Se dice que estas características encuentran paralelo en el caso de lugares de hospedaje y tabernas en las murallas de otras ciudades del antiguo oriente que también podían ser lugares de prostitución y de conspiraciones. Era común que mujeres, como Rahab, dirigieran esos sitios. Esto se deduce, por ejemplo, de la ley 109 del Código de Hammurabi que disponía “si se reúnen rebeldes en casa de una comerciante de vino de dátiles con sésamo y ésta no les toma y conduce al palacio, será muerta”.
Ahora bien, el problema con este argumento es que la información que nos da el texto bíblico es escasa y no nos permite confirmar que realmente Rahab se dedicara a esas actividades. Se habla de casa (hebreo, bet), una palabra muy general, y la frase traducida como “se hospedaron” es ambigua y bien puede traducirse “descansaron”. Es decir, el lenguaje utilizado no necesariamente describe un hospedaje o mesón. En cuanto a si Rahab tenía un negocio allí solamente podemos inferir, si algo, que estaba relacionado con los manojos de lino que tenía en la azotea. Nada nos permite deducir alguna actividad conectada con bebidas embriagantes.
En segundo lugar, se argumenta que la palabra hebrea zanah que se traduce como “ramera” o “prostituta” puede incluir a una mesonera que puede o no ser ramera. Pero contra esta suposición hay que notar que el uso de zanah en el Antiguo Testamento se relaciona con deslealtad, inmoralidad sexual e idolatría (infidelidad religiosa). Puede ver el uso de zanah en la Concordancia hebrea de Strong y la definición del A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament de Brown–Driver–Briggs (1909) aquí y aquí .
En tercer lugar, se alega que tanto Flavio Josefo (un escritor judío del siglo 1) como el Targum Nevim (una paráfrasis en arameo con el libro de Josué de finales del siglo 1) traducen zanah por “mesonera”. Pero contra esto se ha señalado que la palabra aramea que usa el Targum Nevim y que supuestamente significa “mesonera” en Josué 2:1 significa “prostituta” en 1 Reyes 3:16 y en Ezequiel 23:24. Lo que indica que quienes la han entendido como “hostelera” en Josué 2:1 cometen un error. Mientras que en el caso de Josefo se plantea que cuando él la describe como mesonera está usando un eufemismo para no escandalizar a sus lectores.
Pero además, va contra este tercer argumento que la LXX, una traducción del Antiguo Testamento al griego y que antecede tal vez por unos dos siglos a Josefo y al Targum Nevim, traduce la palabra hebrea zanah por la palabra griega pórne (de donde viene nuestra palabra pornografía). Pórne, sin duda, significa “ramera” o “prostituta”. El Nuevo Testamento sigue a la LXX y en Hebreos 11:31 y Santiago 2:25 se habla de Rahab la pórne. Para quienes confiesan la inspiración verbal y plenaria de las Escrituras este hecho decide definitivamente la cuestión a favor de que Rahab fue efectivamente una ramera. Pero por lo visto, también la preponderancia de la prueba con la que contamos también nos lleva a esa conclusión. La cuestión sobre el estilo de vida de Rahab no es tan incierta. Por eso es que los traductores siguen traduciendo zanah como ramera o prostituta en las versiones modernas.
No obstante, sería un error pensar solamente en términos de esto o aquello, mesonera o prostituta. Es posible que haya sido ambas cosas. Pero fuera ramera, mesonera o ambas cosas, lo verdaderamente importante es que fue una mujer excepcional, preocupada por el bienestar y seguridad de su familia, valiente en su obrar y con fe en el Dios que todavía era desconocido para ella.
Pero a través de la historia muchos han tratado de avergonzar la fe cristiana señalando que una de sus heroínas fue una ramera. Pero lo que los enemigos de la fe no logran entender, y no parece que entenderán jamás, es que Dios no se avergüenza de ella, pues “conoce el Señor a los que son suyos”. 2 Timoteo 2:19.
FG