Melchor, Gaspar y Baltasar
El 6 de enero se celebra la fiesta cristiana de la Epifanía. Es una celebración compartida por católicos, muchas denominaciones protestantes y las iglesias cristianas del oriente. Ese día se conmemoran tres manifestaciones (eso es lo que significa epifanía) de Jesús como Hijo de Dios, como Dios hecho carne y Rey de Reyes: la hecha a los magos (Mateo 2:1-12), la del bautismo (Mateo 3:16-17; Marcos 1:7-8; Lucas 3:21-22; Juan 1:32-34) y la de las bodas de Caná (Juan 2:1-12). Pero en nuestro medio la más reconocida de esas es la primera, al punto que se le llama Epifanía de los Magos o de los Tres Reyes Magos o simplemente Día de Reyes.
En la tradición católica, hasta tiempos del Concilio Vaticano II (1962-1965) y los cambios que produjo la promulgación de la Sacrosanctum Concilium (1963), con la Epifanía de los Reyes comenzaban las octavitas de Reyes, de las que ahora sólo queda el nombre. Recuerdo que cuando pequeño no sabía qué significaba eso de octavitas, pero sí podía entender que estaban relacionadas con seguir festejando, y por eso las usaba como argumento (“todavía faltan las octavitas”) para convencer a mis padres que la navidad no había terminado, sin mucho éxito. Para detalles de esta celebración en Puerto Rico les remito al libro de Ángel A. Quintero Rivera, ed., Vírgenes, magos y escapularios: imaginería, etnicidad y religiosidad popular en Puerto Rico. 2da. Edición. San Juan: Centro de Investigaciones Sociales, 2004.
Ahora bien, la Biblia (Mateo 2:1-11) no dice que fueron tres los magos, tampoco dice que fueron reyes, ni dice cómo se llamaban. La tradición y la imaginación han llenado esas lagunas. Por ahora consideremos solamente y de forma sumaria lo relativo al número y nombres (Gaspar, Melchor y Baltasar) de los magos en nuestra tradición.
En primer lugar, que los magos eran tres parece ser una tradición muy antigua a juzgar por el hecho de que en las pinturas de las catacumbas romanas (siglos II-IV) se representan tres magos consistentemente. Vea la imagen adjunta. Es muy probable que el número de tres magos se haya derivado de que fueron tres los regalos presentados al niño Jesús. Mateo 2:11 (“oro, incienso y mirra” RV95). No obstante, hay que mencionar que algunas fuentes antiguas identifican hasta 12 magos o reyes.
Los nombres de los magos es algo más difícil de explicar. Pero tal vez la constancia más antigua que tenemos de los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar como los nombres de los magos de oriente es la contenida en el Evangelio Armenio de la Infancia de Jesús. Armenia es la moderna República de Armenia y tiene la distinción de ser el primer país en la historia que reconoció al cristianismo como su religión oficial en el año 301. Según los especialistas, este evangelio apócrifo fue preparado a partir del Evangelio de la Infancia de Tomás (siglo II) y del Protoevangelio de Santiago (siglo II) en lengua siria y después traducido al armenio en el siglo VI. De este evangelio apócrifo podemos citar lo siguiente sobre los magos:
He aquí que los magos de Oriente, que habían salido de su país hacía nueve meses, y que llevaban consigo un ejército numeroso, llegaron a la ciudad de Jerusalén. El primero era Melkon, rey de los persas; el segundo, Gaspar, rey de los indios; y el tercero, Baltasar, rey de los árabes. Y los jefes de su ejército, investidos del mando general, eran en número de doce. Las tropas de caballería que los acompañaban, sumaban doce mil hombres, cuatro mil de cada reino. Y todos habían llegado, por orden de Dios, de la tierra de los magos, su patria, situada en las regiones de Oriente.
Capitulo XI de Los Evangelios Apócrifos: el Evangelio Armenio de la Infancia, por Edmundo González Blanco (1877-1938), publicados originalmente por la BAC. Puede leerlo aquí y aquí . Existe una traducción y edición crítica más actualizada: Abraham Terian, The Armenian Gospel of the Infancy: with three early versions of the Protoevangelium of James. Oxford: Oxford University Press, 2008.
Terian nos dice que la referencia a los nombres de los magos es “un raro testigo sobre el nombre de los magos, posiblemente el único texto sobreviviente conteniendo esos nombres mejor conocidos en su forma latina como Melchor, Gaspar y Baltasar”.
Pero no debemos perder de vista que sobre este asunto y sobre otros relacionados con las tradiciones de la navidad solamente podemos hacer conjeturas y llegar a aproximaciones, pero no podemos hacer afirmaciones dogmáticas, como muchas que se formulan en los medios de comunicación.
Lo cierto es que en esa ocasión el Dios del cielo alumbró a las naciones, en las personas de los magos de oriente, en Belén de Judá.
FG